Inauguración de las obras de la carretera a Portilla de la Reina
El artículo transcrito aquí abajo fue publicado en el diario liberal El Imparcial, de Madrid, el sábado 7 de octubre de 1916, nº 17.832.
El 4 de septiembre de 1893 fue incluida en el plan general de carreteras una que, partiendo de Arenas de Cabrales (Asturias), había de terminar en Portilla de la Reina (́León). Y el día 1º de octubre del presente año de 1916 se han inaugurado las obras de esta carretera. Es decir, que ha tardado veintitrés años y veintisiete días en tramitarse y resolverse el expediente de un camino que estaba haciendo mucha falta.
Sería curioso conocer el calvario que ha recorrido y las veces que el acreditado caciquismo asturiano habrá engañado a los pueblos interesados, prometiendo la carretera- a cambio de votos, como es costumbre siempre que hay elecciones. Pero eso ha pasado a la historia, y lo que interesa saber es que la carretera se está construyendo y que el milagro no lo ha hecho ningún personaje empingorotado, sino un asturiano sencillo y humilde, que no tiene otros títulos que el ser bueno y ser trabajador, ni otro poder ni más influencia que la amistad personal de todos los que representan algo en política. Ese hombre es D. Pedro Niembro, que lo mismo ha podido entrar en el ministerio siendo ministro D. Javier Ugarte que D. Rafael Gasset; y unas veces acompañado por republicanos y otras por monárquicos, no ha dejado de utilizar a nadie para hacer marchar el expediente hasta verlo terminado.
Ya es una realidad la carretera de Cabrales, y de ello debemos alegramos todos los españoles, porque no se trata de una carretera cualquiera, sino de algo muy excepcional, que va a enseñar al mundo los más bellos rincones de nuestro país. El trazado se desarrolla siguiendo el río Cares en sentido ascendente, y con ser muchos y encantadores los caminos de Asturias,éste superará a todos, porqué el terreno es más abrupto, pudiendo decirse que es un continuo desfiladero que atraviesa los macizos de los Picos de Europa de Norte a Sur, en la cuenca que separa el grupo occidental del central.
Con esta y otras carreteras proyectadas podrían circunvalarse los Picos y ofrecer al turista los mayores encantos de la Naturaleza, superiores a los de Suiza. Las gargantas del Sella, Cares y Deva, están dominadas por murallas de más de 2.000 metros de altura. Fontán asegura que la carretea del Sella puede compararse con la vía mala en Les Grisons; la del Cares, que ha empezado a construirse, la superará en belleza y en grandiosidad.
La construcción de una carretera de estas condiciones, en que deben ir mezcladas la utilidad y la poesía, necesitaba un director que pusiera en la obra su ciencia y su alma, y la suerte nos ha deparado al inteligente ingeniero D. Toribio F. Quiroga, encantado, entusiasmado con el penoso y aun peligroso trabajo por aquellos imponentes desfiladeros, recreándose (son sus palabras) en las maravillas del paisaje acumuladas, como espléndidas galas de la Naturaleza. No creo –dice– que haya espectáculo comparable a la vista que ofrece el macizo de Los Urrieles, observados en día claro y con viento Sur, desde lo alto de las praderías del Ario, en la ladera izquierda del Cares, aguas abajo del canal de Trea.
Para inaugurar oficialmente las obras de la carretera fueron desde Madrid a Cabrales el ingeniero D. Rafael Gallego, representando al ministro de Fomento; el afortunado gestor D. Pedro Niembro, algunos amigos, el redactor artístico de Prensa Gráfica, Sr. Salazar y otros representantes de la Prensa madrileña. Otros no pudieron concurrir se hicieron representar, como el ministro de la Gobernación, Sr. Ruiz Jiménez, que hizo esa distinción al concejal madrileño D. Emilio Niembro, y como el Sr. José Francos Rodríguez, representado por el jefe de Correos de Oviedo, don Benjamín de Díaz Recamán. Y otros enviaron cartas de entusiasta adhesión, como el marqués de Villaviciosa, el general Burguete, gobernador militar de la provincia; D. Roberto Castrovido, D. Fermín Canella, D. Juan Guerra Díaz y el ingeniero agrónomo D. Manuel Naredo.
En el pueblo de Arenas, donde se verificó la solemne ceremonia, se congregaron miles de almas. De los pueblos de los puertos Sotres, Bulnes, Tielve y Camarmeña bajaron todos los vecinos con sus banderas. Los niños cantaron himnos, las mozas se vistieron con sus mejores trajes; hubo fuegos, iluminaciones, bailes y una alegría indescriptibles al ver convertidos en realidad lo que durante tantos años fue sólo una esperanza. Al fin, aquellos pueblos que viven seis meses del año separados por las nieves del mundo civilizado, al fin esas buenas gentes que para ir de un punto a otro tienen que trepar por las montañas van a tener un camino fácil por donde salgan las riquezas que encierran aquellos parajes.
Se explica la emoción de la multitud al estallar los barrenos preparados como comienzo de las obras; se comprende el entusiasmo con que todos vitorearon al rey y al ministro de Fomento, y al Sr. Niembro y a cuantos han contribuido a la realización de la ansiada ruta.
En el banquete oficial celebrado al aire libre y admirablemente servido por la fonda llamada "Picos de Europa", se sentaron a la mesa, además de las representaciones ya mencionadas, el médico D. Agapito Sobrado; el director de El Eco de los Valles, D. José Tarno; el ingeniero inglés de minas, Mr. Richmond Lee, el vicecónsul de Inglaterra en Bilbao, Mr. James Junes; el director de la Escuela oficial de derivados de la leche, Sr. López Dueñas; los sacerdotes D. Ricardo Díaz y D. Nicanor Guerra, los Sres. Fernando y Santiago Sierra, D. Alonso Fernández, D. José López, D. Anselmo de Caso, D. Antonio Iglesias, D. Vicente Prieto, D. Manuel Herrero, D. Nicanor Díaz, D. Manuel Niembro, hermanos Moradiellos y otros muchos.
Para satisfacer la ansiedad del pueblo, que deseaba oír a las personalidades que habían ido de Madrid, se improvisó un mitín en la plaza del pueblo, y desde el balcón de la casa donde nació el Sr. Niembro, éste dirigió la palabra a sus paisanos, pronunciando después elocuentes discursos el ex diputado Sr. Eduardo Barriobero, el concejal madrileño Emilio Niembro, el ilustre asturiano doctor Con y Tres y el representante del Gobierno, D. Rafael Gallego, que hizo un brillante resumen de cuanto se había dicho en homenaje a aquella gran gesta de progreso.
Una sola nota discordante hubo en medio de tanta y tan justificada alegría, y fue la actitud del alcalde de Cabrales, Sr. Mestas, que ni quiso asociarse a la fiesta ni siquiera cumplió sus deberes de cortesía con la representación oficial.
Si este alcalde, genuina representación del caciquismo rural, se permite tan extraña y censurable conducta en momentos en que todo convidaba a la mayor fraternidad y en presencia de representantes autorizadísimos del Gobierno y hasta de periodistas que podían censurarle, calcúlese lo que hará ese monterilla 1. con aquellas pobres gentes cuando no le vea nadie.