Pequeño extracto de "Cabrales y Picos de Europa" (pp. 88-89) de Cayetano Enríquez que nos revela quien podría ser el Obispo que decía misa en San Julián de Culiembro:
"(…) su encantadora y minúscula iglesia de Santiago (Camarmeña), en la que sólo caben el cura y sus ayudantes, mientras que los eventuales fieles deben permanecer a la intemperie, aprovechando para admirar precipicios, cumbres y llambrias y mirando de reojo para que no les alcance ninguna piedra desprendida por causa de los desventíus… El resto del espacio disponible lo ocupan los restos de don Francisco de Ardavín, el que fuera arzobispo de Santiago de Compostela y natural del concejo de Villaviciosa que se retiró a hacer vida eremítica en la llamada Capilla del Santo, en el actualmente llamado paraje de San Julián de Culiembro (Garganta del Cares), cuyos cimientos aún se advierten. A él pertenecía un gran cencerro con el que convocaba a misa a los pastores de las majadas vecinas. En 1750 se trasladó a Camarmeña la imagen de San Julián, patrón de la desaparecida aldea de Culiembro".